Por Marcos Nebreda

Experimentar, probar, comparar y por último, puntuar.  El mercado actual ofrece al consumidor un sinfín de productos y posibilidades de uso de los mismos, pero no siempre la oportunidad de mostrar su opinión de forma clara y rotunda.

Aunque existen innumerables espacios web donde se pueden valorar servicios y productos de forma independiente, no contábamos con ninguna plataforma que englobase la posibilidad de puntuar  cualquier persona, producto o negocio alrededor del mundo.  Ahora ya existe. Experiencias globales, opiniones personales, y  una sola plataforma para puntuar todas las experiencias.

Con esta filosofía ha nacido Bugscore, una plataforma social creada por el empresario  indo-alemán Karan Khemani, ex alumno de la London School of Economics, que contará en “Feeling Brands” su experiencia al frente de este proyecto transversal.

Bugscore parte de una premisa sencilla; cada usuario, bien sea una persona o una empresa,  se registra de forma gratuita y a través de su perfil puede puntuar desde hoteles, restaurantes, instituciones, productos, negocios e incluso famosos, canciones, películas o gadgets en un rango de atributos del 0 al 100. Datos en tiempo real de la evaluación de los consumidores globales.  Esto es lo que ofrece la plataforma y que es, al fin y al cabo, un recurso de valor incalculable para la investigación de mercados o las compañías de publicidad y marketing online.  Poner el foco en lo que el consumidor quiere, en lo que le gusta, en lo que no y sobre todo en el porqué.

Los usuarios que se unen a esta plataforma ganan puntos con los que pueden añadir nuevos perfiles, puntuar nuevos productos o invitar a nuevos usuarios.  Esos puntos pueden llegar a convertirse en dinero o precios al final de cada mes.

Google es para buscar cosas, Bugscore para puntuarlas

 Bugscore, cuya base está en Londres,  es una iniciativa con menos de un año de vida, lanzada en marzo de 2013, pero ya está valorada en unos dos millones de dólares. Está apostando por el crecimiento en mercados emergentes como Singapur. De esos mercados proceden un 70% de sus usuarios y el crecimiento por mes es de entre 150 y 200%.  “Google permite a la gente buscar información, Wikipedia la recoge, Facebook y Twitter permiten compartirla, y Bugscore permite puntuar y clasificar  esa información de manera cuantificada”, apuntan desde la joven compañía.

Actuar de filtro es otro de los cometidos de esta plataforma que aspira a posicionarse también en la industria de los medios de comunicación donde un botón de Bugscore podría aportar tanta o más información como el botón de “me gusta” de Facebook al lado de cada noticia, artículo o publicación. Un recurso que puede hacer extensible a la industria de productos y servicios en general.

Bugscore funciona también como una potente herramienta de  reputación online y offline que conecta entre sí consumidores con gustos similares, Desde la perspectiva empresarial permite conocer competidores, proveedores o clientes además de valiosos datos sobre tu producto. Imagina lo que daría Apple por saber cuántos consumidores alrededor del mundo califican su Iphone 5 frente al Samsung Galaxy.

Ayudar a la gente alrededor del mundo a tomar decisiones instantáneas sobre productos, gente o negocios. Ese es el verdadero objetivo de Bugscore y sobre todo hacerlo con vocación global, convirtiéndose así en un verdadero y único barómetro para todos los sectores industriales y para todos los productos que el consumidor pueda sentir y experimentar en el planeta.